DÍA 5: Domingo 21/8/2022
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Y llegamos al último día de nuestra aventura por pueblos de Lleida.
Y con esto vuelta a Barcelona.
CERVERA
Comarca : La Segarra
Como podéis ver son tan solo 13,7 km unos 11 minutos en coche.
Con vestigios íberos y romanos, Cervera fue conquistada por los árabes que le llamaron Hnis Dhervera. Fue recuperada por Guillermo de Cervera en 1035 y perteneció siempre a la Corona catalano-aragonesa. En el siglo XV vivió Fernando II y el municipio se convirtió en un núcleo de gran importancia, con incluso el privilegio de acuñar moneda. Más tarde Felipe V creó la universidad.
Oficina de turismo (CAT - Centre d'Acollida Turística)
Universidad
Fue mandado construir por orden de Felipe V, que en 1717 dictaminó una orden que suprimía las seis universidades existentes en Cataluña y las unificaba en una única universidad, en Cervera. El municipio fue elegido para premiar el apoyo y fidelidad de esta ciudad a la causa del borbón Felipe V (Felipe de Anjou) durante la guerra de sucesión española, frente a los austracistas.
Maqueta del edificio, en Cataluña en Miniatura.
La construcción se prolongó entre 1718 y 1740. A partir de ese año se comenzó a impartir docencia, albergando las facultades de Teología, Humanidades, Medicina, Filosofía y Derecho. Por sus aulas pasaron personalidades como José Finestres y Monsalvo, Narciso Monturiol, Juan Prim, Jaime Balmes i Urpià o Manuel Milá y Fontanals. No obstante, en 1842 la universidad fue trasladada a Barcelona.
En el final de la guerra civil española, el monumental edificio es utilizado por las tropas franquistas como campo de concentración de prisioneros republicanos, siendo cerrado temporalmente en diciembre de 1939. A mediados de 1940 es reabierto para recluir, durante más de un año, a ciudadanos extranjeros que huían de la Francia ocupada por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Su capacidad oficial era de 5.000 internos.
Actualmente el edificio tiene diversas funciones: alberga el Instituto Francés, un centro de recursos pedagógicos, el Archivo Comarcal de la Segarra, una biblioteca, un instituto de Enseñanza Secundaria y Bachillerato y un centro asociado a la UNED.
Iglesia de Sant Antoni
Plaza de Santa Anna
Casal de Cervera
En el Casal hay un bar-restaurante que ofrece menú de mediodía y bocadillos para comer entre horas, con una agradable terraza cubierta que da a la Plaza de Santa Anna y otra terraza en el primer piso. Disponen de una sala de baile y otra de billares, además de una sala de cine que solía tener una programación estable, pero actualmente solo se proyectan películas o se representan obras de teatro de manera esporádica.
Calle y Plaza Mayor
En la plaza Mayor se encuentra el edificio de la Paeria. La calle Mayor une el casco antiguo y el ensanche moderno. En esta calle hay casas importantes como el antiguo hospital de San Juan de Jerusalén (n. 15); la casa Sabater o del marqués de Campmany (n. 17); el conjunto arquitectónico de la Compañía de Jesús (n. 64), donde se conserva la celda que ocupó Jaume Balmes mientras estudió en la Universidad de Cervera. En este espacio se celebraron las cortes de 1359 que dieron origen a la Generalidad de Cataluña y los pactos matrimoniales entre Fernando II de Cataluña y Aragón e Isabel de Castilla, en 1469. La iglesia de San Agustín (n. 103), la casa Duran (n. 115), sede del Museo Comarcal de Cervera, constituyen otros puntos de interés de esta calle.
El Call Jussà
Auditorio Municipal
Ayuntamiento (Paería)
BCIN (Monumento declarado Bien Cultural de Interés Nacional)
Iglesia de Santa María
Se deben destacar los ventanales trabajados por Colí de Maraya, la escultura de la Virgen y el Niño que hay junto a la portada románica de la sacristía, la Virgen Morena del Coll de las Sabinas…
Otra característica a destacar es que el campanario está encajado entre la iglesia y la Paeria y que éste contiene seis campanas que aún se hacen girar a mano.
BCIN (Monumento declarado Bien Cultural de Interés Nacional)
Castillo
El castillo de Cervera se encuentra sobre el cerro de Montseré, en el extremo suroeste de la población, y a él se llega por la calle de Sant Domènec, que arranca desde la plaza Major. Desde este enclave se domina el amplio territorio meridional de la Segarra, que es bañado por el río Ondara y sus afluentes. Se cree que los anteriormente citados Guinedella, sus hijos Amat, Guislabert y Miró, y los matrimonios Bonfill y Amaltruda y Bernat Guifré y Sança construyeron en este lugar una torre para defenderse de los ataques de los sarracenos. En 1026, la condesa Ermessenda, su hijo Berenguer Ramon y la esposa de este, Sança, les cedieron lo que ya se denominaba como castillo de Cervera, junto con un importante volumen de tierras, algunas de ellas todavía en manos musulmanas. Estas familias, que reconocían tener en los condes de Barcelona a sus únicos señores, tenían la obligación de explotarlas y de construir castillos a fin de proteger tanto el territorio como a sus habitantes. En estos momentos, la de Cervera funcionaba ya como la fortaleza principal de la zona, y tenía bajo su control otras más pequeñas, como Granyanella y Sant Guim de Freixenet.
La desaparición de referencias a Cervera en la documentación hasta mediados del siglo xi se cree que es debida a que el asentamiento no se llegó a consolidar y sus ocupantes se vieron obligados a abandonarlo a causa de los constantes ataques de los musulmanes, ya que la frontera todavía no se había estabilizado. Se vuelve a mencionar en 1050, esta vez como castillo de propiedad absoluta y de libre disposición del conde de Barcelona. Haciendo uso de sus derechos, Ramon Berenguer I lo cedió a su esposa Almodis en 1056, quien lo enfeudó a Amat Elderic de Orís. Pero bien pronto, en 1067, ya controlaban la fortaleza los Cervera, familia muy próxima en la casa de Barcelona, que ya disponía de otras propiedades dentro y fuera de la comarca. Este linaje retendrá los derechos sobre este castillo y sus tierras hasta el siglo xiv.
El castillo, y con él la villa de Cervera, ocupaba una situación estratégica a medio camino entre Cataluña y el Aragón, lo que condujo a que fuera una población refugio muy utilizada por los reyes durante sus viajes o en las campañas militares a las que tuvieron que hacer frente durante toda la Edad Media. A pesar de todo, a finales del siglo xiv se encontraba en muy malas condiciones y presentaba un gran estado de abandono, tanto que desde la Paeria se pidió al rey que lo reparara. Juan II, empezó las obras de restauración en 1365, las cuales, que continuaban cinco años más tarde, se cree que no se llegaron a completar. Desde este momento, el castillo ya no volvió a ser el que era, y poco a poco fue quedando abandonado. Fue parcialmente destruido en el siglo xix y, posteriormente, en su sector este se instaló el matadero de la ciudad. Lo poco que quedaba de pie se hundió totalmente a mediados del siglo xx.
Hoy en día es un espacio invadido por la vegetación, en un estado ruinoso. Aunque el recinto está cerrado, se puede recorrer gran parte de su perímetro e incluso, subiendo por unas escaleras en el costado norte, contemplar su interior. En 1991, se llevó a cabo una campaña de excavación que sacó a la luz los límites del castillo y gran parte de su planta, si bien, estas estructuras parece que no correspondían a la edificación altomedieval. A lo largo del tiempo, el recinto original se fue modificando y adaptando a las necesidades de cada época, lo que modificó sustancialmente su aspecto. En un primer momento habría poco más que una torre de defensa, la cual estaría rodeada por algunas casas que perfilaban la muralla, configurando lo que se conoce como una “vila closa”. En un determinado momento, que debería de coincidir con la pacificación de la zona, se decidió remodelar el espacio y construir un conjunto más sólido, al que corresponden parte de los restos actuales.
Se conservan la totalidad de los muros perimetrales, los cuales describen una planta irregular que tiende al cuadrado. Cada uno de los cuatro ángulos está rematado por sendas potentes torres circulares. Las dos torres de la fachada principal, donde se hallaba la puerta de acceso, fueron totalmente restauradas hasta una altura aproximada de 4 m, igual que el muro que las conecta. De las dos torres restantes, la del ángulo noroeste está prácticamente arrasada, y la del ángulo suroeste fue seccionada por una casa de nueva construcción. La distancia que hay entre las diferentes torres no es la misma. Los muros más largos, y también los menos intervenidos, son los de los sectores norte y oeste, con una longitud próxima a los 35 m. De ellos, el occidental es el que ha llegado en mejor estado y el que ha permitido diferenciar elementos constructivos que corresponden en dos momentos diferentes. El primero, considerado de época fundacional, se asienta directamente sobre la roca madre que actúa de cimentación. Se conserva una altura de unos 1,5 m, y tanto los sillares como su disposición son muy irregulares. A partir de aquí, el aparejo es mucho más regular, con sillares bien cortados que se han unido con mortero de cal formando hiladas horizontales. Del resto de fachadas poco se conserva. La oriental es totalmente nueva, la norte es original pero muestra algunas reformas importantes, y la que da al Sur se utiliza como muro de contención de una casa de reciente construcción.
La distribución interior del castillo nos es totalmente desconocida. Las excavaciones permitieron identificar y limpiar algunos muros, de altura y grosor muy variado, que se muestran insuficientes para poder formular alguna hipótesis al respeto. En la zona norte, la que se ha excavado parcialmente, se pueden ver, desde lo alto del muro perimetral, dos salas estrechas y alargadas de las que se desconoce su función. Las paredes tienen una construcción cuidadosa, realizada con sillares bien escuadrados y colocados en hiladas muy definidas, unas características que hacen pensar en elementos tardíos, quizás de finales de época medieval.
La arqueología no ha aportado, hasta el momento, mucha información, pero gracias a un documento de 1482 se conocen algunas de las dependencias que conformaban el conjunto. Así sabemos que había una torre del homenaje y la torre del tenente; diferentes cámaras, entre las que se citan la del trigo, la de sobre la iglesia, la cámara mayor de la chimenea, la cámara sobre la herrería y la de Joan Caçador. También había varias bodegas ‒como una denominada del vino blanco‒, una herrería, un horno, un amasador y una cisterna. El recinto tenía que contar con diferentes patios, puesto que el inventario habla del que había ante la puerta de entrada al castillo, y también con varias garitas para la vigilancia, puesto que se hace referencia a la garita nueva.
Dentro del castillo sabemos que había una capilla, y que tenía advocación a san Nicolás. La primera vez que se habla de ella es en la bula que el papa Urbano IV dirigió al monasterio de Ripoll en 1097. Nuevas referencias en esta iglesia se encuentran en el testamento de 1133 de Guillem Dalmau de Cervera, posible tenente del castillo, que dejó un legado al templo para que se cantaran misas por la salvación de su alma y la de su mujer. La capilla se ha relaciona a menudo con la que se conoce como “torre del obispo”, un espacio dentro del castillo que fue cedido al obispo de Vic, diócesis a la que pertenecía la villa de Cervera, en 1257. No se tienen más noticias de ella hasta que a inicios del siglo xiv cuando, coincidiendo con la construcción de la nueva iglesia de Santa Maria, los presbíteros de la cofradía de Sant Nicolau pidieron tener una capilla propia.
Texto: Cristina Tarradellas Corominas
Más información en este enlace.
Carrer de les Bruixes (Calle de las Brujas)
Monumento a la Generalitat de Catalunya
Situado en una plaza que forma parte de la muralla de Pedro el Ceremonioso , no muy lejos de donde el mismo rey convocó las Cortes Catalanas en Cervera, en 1359, iniciando así la Generalitat de Catalunya.
El monumento conmemorativo de la Generalitat, institución creada en Cervera en las Cortes presididas por Pedro el Ceremonioso en 1359, fue encargado por el Ayuntamiento en 1982. Subirachs se trasladó a Cervera para hacer los encofrados y trabajó únicamente con operarios cervariense , implicando así el pueblo en la realización del monumento. Fue inaugurado en septiembre del mismo 1982.
Murallas
LES COVES DE CAL LLUCIÀ
Los restos de cerámica recogidos en el interior de las cuevas permiten documentar su ocupación humana durante el neolítico antiguo (4200-3800 a. C.).
El Museo de Arqueología de Cataluña y el Museo de la Piel de Igualada y Comarcal de la Anoia custodian material arqueológico procedente de este yacimiento.
Es probable que en bibliografía anterior a la década de los años 50 del siglo pasado, donde constan las Coves del Toixó, hagan referencia a las Cuevas de cal Llucià o de la fuente del Ferro.
En 1985, durante la realización de la Carta Arqueológica de Anoia, se recogieron tres fragmentos de cerámica y un sílex microlítico.
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